Había una vez en un pequeño pueblo una familia muy humilde,
ellos estaban constituidos por su mamá, papá,
dos niños y una niña, su color de piel era negro o mestizo. Por motivos
económicos su papá decidió irse junto con ellos para una ciudad cercana al pueblo,
para que asi pudieran vivir en mejores condiciones y muy felices; al pasar el
tiempo sus padres ganaban bien les aumentaron su sueldo y de acuerdo a esto los
pusieron a estudiar en una nueva institución la cual era de recursos económicos
más caros, ellos en su primer día de colegio estaban supe contentos, pero
notaron algo extraño en los demás compañeros y era que nadie se quería
relacionarse con ellos, entonces se preguntaban el porqué de esto, paso un nuevo día y los hermanitos se dirigieron a
la escuela como de costumbre. Los niños observaron un grupo de alumnos jugando
y ellos como todo niño querían jugar entonces ellos se acercaron y los
invitaron a jugar, pero sucedió algo inesperado, la respuesta de los compañeros
fue muy agresiva hacia ellos, a demás de eso no se querían acercar a ellos y
empezaron a reírse de ellos y a pegarles. Nadie sabía porque les hacían esto
pero resulto siendo que las causas de estos insultos fueron por el color de
piel que tenían los hermanitos. al siguiente día ellos no querían ir a su
escuela y su mama los convenció y fueron a su colegio y ocurrió lo mismo que el
día anterior, sus compañeros los estaban discriminando pero menos mal una
maestra se encontraba cerca y pudo observar lo que sucedía con los niños y se
acerco rápidamente y pudo controlar el problema y ella corrigió a los alumnos y
les dijo que uno no debe juzgar a nadie por su condición social o raza, porque
todos somos hijos de Dios, al ellos observar y escuchar los concejos de la
maestra se dieron cuenta del gran error que cometían y le pidieron disculpa a
los hermanitos y jugaron juntos y se volvieron los mejores amigos… fin
No importa raza color o nivel social para poder ser una
mejor persona…
Daniela Cárdenas Baleta…
II Semestre Pedagógico Grupo 3
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