lunes, 18 de noviembre de 2013

mito DEL PEGASUS Por Jesus Enrique Casas Sehuanes

El mito del pegasus

Cuenta la historia, que al inicio de de aquellos días en que lo dioses gobernaban al

mundo, uno de ellos, EOLO, dios del viento, era considerado como el más fuerte

entre todos los demás dioses que en ese entonces había.

EOLO tenía una muy grande obsesión por los caballos, bestias de gran agilidad y

fuerza que entre otras cosas lo caracterizaban a él.

Todas las mañanas al comenzar el día tomaba a uno de caballos favoritos a pasear

por todo el campo de su reino. Todos los días montaba uno diferente, con gran

orgullo y pasión, se dedica gran parte de la mañana a esta hermosa y divertida

afición.

Una mañana, llegó muy temprano a las pesebreras donde se encontraban todos

sus caballos, cuando buscaba la bestia que montaría en ese día observo a un

caballo que estaba como triste en metido en el rincón por tan descuido que tenia.

EOLO al verlo lo sacó al campo a caminar, lo bañó le cortó el pelo y le hizo todo lo

que él quería, de tal manera que la bestia quedó una bella. Pero había algo más en

ese animal que lo hacía diferente a los demás. Algo que EOLO no sabía que era.

Mientras caminaban por el campo se dio cuenta que el caballo no trotaba como lo

debería hacer, entonces con calma lo fue paseando por los alrededores del campo

real.

Minutos más tarde, después de haberlo sacado al campo, EOLO decidió montarlo,

para ver las habilidades de este raro animal. Transcurrido un tiempo, el caballo ya

trotaba normal y cada vez más lo hacía mejor. El animal se ha salido de los campos

de la realeza, y en compañía de su amo recorrieron todos los alrededores, pero

lo que no se esperaba era que había un precipicio, el cual tenían que cruzar para

regresar al reino, pero era casi imposible lograr que el caballo lo hiciera puesto

que EOLO podía volar, pero no podía con el animal. De pronto el caballo parecía

devolverse, cuando trotaba muy rápido hacia al abismo y al llegar al extremo,

ocurrió lo inesperado, con un gemido de braveza, salieron de sus costillas alas con

las que pudo volar.

Visto esto, EOLO escondió al animal en un lugar muy secreto para que nadie

supiera de su existencia, ni siquiera sus hermanos. Cuando el desapareció las

bestia fue a parar a un lugar del mundo y que en cualquier momento se podrá ver.

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