viernes, 2 de agosto de 2013

LA GRAN TORMENTA


En un bosque lejano y oculto vivían muchos animales, era como un paraíso; pero un día llego una gran tormenta y arrasó con todo, muchos de los animales que allí habitaban murieron y otros perdieron sus hogares, tristes y desolados buscando que comer y donde refugiarse.
Cada uno fue encontrando un lugar donde hacer sus casitas, pasaron los días y fueron escaseándose los pocos alimentos que habían quedado.
Pepe el conejo por la frustración de haber perdido a su familia, optó por sobrevivir sólo y construyo una huerta con muchas hortalizas.
Una tarde doña tortuga con el señor burro salieron a pasear por los alrededores para ver si encontraban algo que comer y al pasar por la morada de pepe, doña tortuga dice: - señor burro que coles y zanahorias tan grandes y hermosas estoy viendo; el señor burro contesta: - ¿Quién vivirá allí?, ¿Quién lo habrá cultivado? Doña tortuga exclama: - lleguemos y preguntemos.         Toc- toc suena la puerta y don Pepe abre diciendo: - ¡que hacen en mi territorio!; el señor burro responde: - todos los animales del bosque hemos pasado días sin comer y al ver su huerta pensamos que usted nos podría regalar un poco de su comida, tan solo para nuestros hijos. Pepe con su corazón endurecido dijo: - ¡NO! Yo he cultivado para mí y ustedes solo quieren acabar con mi huerta, váyanse y no vuelvan más.
Doña tortuga y don burro inclinaron su cabeza y se marcharon tristes y llorando. Pepe al verlos partir miro su huerta con gran comida cultivada y fresca, pensó en su familia y si ellos estuviesen pasando por la misma situación, sus ojos se inundaron de lágrimas y con una gran voz                  dijo: - ¡amigos, amigos! Vuelvan por favor, disculpen mi actitud, pasen y tomen todo lo necesario.
Doña tortuga sorprendida, se llena de felicidad y llamo a sus hijitos, don burro se hartó con muchas hortalizas. Pasaron los días y Pepe junto con doña tortuga, don burro y demás animales construyeron una huerta gigante,  compartían entre todos y vivieron felices como una gran familia.
Moraleja:
A pesar de la GRAN TORMENTA que se pueda presentar en nuestras vidas siempre debemos tener en  disposición nuestra ayuda y  compartir con las demás personas, saber reconocer nuestros errores y tener la madurez de pedir disculpas.
Autoras:
Emerith Payares Cárdenas
Sindy Mercado Villadiego

I semestre pedagógico, grupo N° 2

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