Había una vez el 5
y el 3 estaban jugando y corriendo a la vez, saltaban, subían y hacia atrás se
iban, de pronto en salto chocaron de prisa y quedaron pegados del miedo y con
risa.
OH! Dijeron aquí
que ha pasado; ya no estamos solos, ahora acompañados y un nuevo número hemos
formado y cincuenta y tres nos hemos llamado.
-juguemos de nuevo
dijeron- pero con quién? Ahora no tenemos compañero. Llamamos a alguno aunque
sea un poquito…
Bendito sea el
cielo- ha llegado el seis y ahora con nosotros quiere compartir ha traído una
(x) equis ¿esto quiere decir?... yo les propongo un juego y sé que les va a
gustar pues yo les enseño a multiplicar, yo empiezo primero, multiplicando al
tres (3) así, seis por tres dieciocho, cogemos ocho y llevamos uno, mi primo
flaquito se queda solito, de nuevo yo empiezo y multiplico al cinco y de la
alegría hemos pegado un brinco, del salto que dimos dio un resultado el treinta
ha salido y nos damos la mano; pero mi primo el flaquito el que quedo solito muy
triste lloraba no jugo un momentico; venga y lo invitamos y al treinta se suma
un nuevo amiguito a nosotros se une, y se cuentan, uno, dos y tres… llegamos al
treinta más y uno, treinta y uno, después que jugamos solos, ahora somos más
318 y nos divertimos +, utilizamos unas tablas, las de multiplicar y agregando
un numerito que no se puede olvidar, el que siempre nos queda al momento de
llevar cuando ya empezamos a multiplicar.
RAQUEL MARTINEZ
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