miércoles, 31 de julio de 2013

EL CURIOSO JUAN

Comenzaba la primavera la época más bella dentro de la naturaleza  en donde el verde de los pastos y el roció de la mañana brindaban el escenario de juego perfecto para un joven zorro que impulsado por su  gran curiosidad se deleitaba explorándola de tú a tú.
Este pequeño zorro se llamaba juan y dentro de los animales del bosque era conocido como el curioso juan por esta maravillosa cualidad que el mismo decía tener, aunque para los otros animales esta cualidad podría llevarlo en cualquier momento a meterse en problemas debido a que juan no media los peligros a los que se exponía por su curiosidad.
Un Día  juan caminaba por el bosque buscando conocer cosas nuevas, pero no encontraba nada nuevo para él ya que todo lo que observaba ya lo conocía. Entonces decidió  explorar aquella parte del bosque que nunca había visto. Se refería a los claros del bosque, una zona a la que estaba prohibido acercarse debido a los cazadores que siempre se encontraban en ella colocando sus trampas y buscando presas que capturar, aunque esto no le importo y se encamino hacia allá. Al encontrarse  en los límites de la espesura del bosque se encontró parado en la copa de un árbol al vigía del bosque, este era al imponente Aníbal Águila quien siempre vigilaba a los cazadores que se encontraban en el claro.
Al verlo juan le pregunto Aníbal ¿Qué haces parado allá arriba todo el día y no aprovechas  esa gran habilidad de volar para conocer todas las bellas cosas que existen en el bosque? A lo que Aníbal contesto, claro que conozco muchas de la cosas del bosque porque gracias a mi gran vista de águila puedo verlas y en mi tiempo libre las conozco, pero ahora me encuentro vigilando que los cazadores no se acerquen. Pero  ¿a dónde  te diriges tu juan? Yo la verada estoy aburrido  y quiero conocer el claro del bosque ya que aquí no hay nada nuevo. ¡No, no  vayas! dijo Aníbal, está prohibido acercarse a esa parte del bosque. Pero la curiosidad de juan la hacía no escuchar razones y  desobedecer  aquellas  palabras.
Al llegar al claro del bosque juan estaba admirado por la belleza de las flores, mariposas y el arcoíris que adornaban el lugar. Y maravillado quería explorarlo  centímetro a centímetro sin darse cuenta que a lo lejos era observado por un cazador  que esperaba atento  a que el zorro se acercara a las trampas que había colocado.
Cuando juan atraído por el olor de comida se acercaba una jaula escondida entre matorrales, sintió que un escalofrío recorrió su espalda desde la punta de su cola. Y pensó que aquellas advertencias hechas por sus amigos no eran cosas de ignorar, pero aun así entro en la jaula que al instante se cerró dejándolo atrapado dentro.
Al no encontrar salida de la jaula observo como el cazador se acercaba a él apuntándole con su escopeta y diciendo. Tu curiosidad te a traído hasta aquí y por ella has de morir para luego convertirte en un bello gorro que calentara mi cabeza en la época de invierno, juan al oír estas palabras le ha contestado. Tienes razón es triste saber que lo que pensaba era una gran cualidad me lleve hoy a mi fin. Aunque si he de morir hoy lo haré feliz por haber conocido algo nuevo para mí, a pesar de las advertencias de mis amigos.
Al escuchar estas palabras el cazador abrió la jaula de la cual salió juan co una mirada confusa por el hecho que presenciaba, y al instante exclamó. ¿Por qué me liberas? Pensé que acabarías con migo para convertirme en un gorro para tu cabeza. El cazador contestó porque  a pesar de que soy humano y tú un zorro nos parecemos en algo y es que la curiosidad por conocer las cosas es más fuerte que nosotros, así que  vete sigue conociendo el mundo, pero esta vez no hagas caso omiso a las advertencias y peligros. Juan corrió feliz hacia la espesura del bosque donde contó su historia a sus amigos y de aquella valiosa enseñanza que obtuvo.
Moraleja: nunca debemos ignorar los consejos y advertencias de nuestros amigos y familiares


José Manuel Quiroz Meza

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