lunes, 7 de abril de 2014

LA ABUELA QUE NUNCA PERDIÓ LA ESPERANZA

Érase una vez en una humilde vereda a diez kilómetros del pueblo, habitaba

una humilde familia conformada por dos personas, la señora Regina una

anciana de setenta años y su nieto Moisés, un niño de apenas cinco años

de edad, el cual sufría de una enfermedad desde su nacimiento y necesitaba

de un tratamiento para ser curado, pero por falta de recursos esto no

era posible. Sin embargo para vivir tomaba una droga que le calmaba la

enfermedad.

Cierto día de un mes de diciembre, cuando el reloj marcaba las siete y cuarto,

Regina lloraba desesperadamente al ver que su nieto entró en una crisis y

lo más lamentable era saber que la droga se había terminado. Sin pensarlo

dos veces, salió lo más rápido que pudo al pueblo, con tan mala suerte que

comenzó a llover tan fuerte como nunca se había visto, pero, aun así, siguió

adelante. Cuando llegó al arroyo, este estaba crecido, busco el puente para

atravesarlo, pero no lo hallaba, la gran creciente había arrastrado con él.

Entonces sin perder las esperanzas busco otra forma de atravesar el enorme

caudal. Cuando las fuerzas se acababan, pudo observar a lo lejos un árbol,

cuyas ramas colgaban hasta el otro extremo del arroyo.

Tan rápido como pudo, subió a ellas y con mucho cuidado llegó a la otra

orilla.

Al llegar al pueblo, busco la droguería más cercana y preguntó por los

medicamentos, cuando fue a cancelar no encontró el dinero, no se dió

cuenta que se le cayó al pasar el arroyo. Con lágrimas en los ojos le dijo al

tendero que le fiara la droga que a la mañana siguiente al salir el sol vendría

a pagarle.

Este con un espíritu altruista le dijo: tranquila, corra y salve a su nieto.

INTEGRANTES:

JESUS DAVID DOMINGUEZ ACOSTA

JESUS DAVID ALVAREZ SAEZ

ELKIN JOSE DOMINGUEZ

KAREN MARGARITA RAMIREZ MERCADO

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