martes, 21 de julio de 2015

ENFOQUE SOCIOFORMATIVO UNA PROPUESTA SUSTENTADA EN LA REFLEXIÓN DEL PENSAMIENTO COMPLEJO

Actualmente el debate existente en Colombia en relación al desarrollo,  promoción e implementación de una cultura pedagógica que facilite competencias, invita no solo la reflexión crítica de lo que hacemos, sino de la forma cómo lo hacemos, buscando con ello  generar en los sujetos que aprenden acciones  de pensamiento que aseguren en cada participante un proceso educativo que estimule la recreación creativa de soluciones a cada situación problémica, y con ella, la oportunidad  de  responder no sólo a los objetos de aprendizaje, sino al desarrollo de las exigencias tecnológicas del universo contemporáneo.
El maestro moderno debe ser un excelente lector contextual, acción que lo invita a  conocer la realidad de los procesos de aprendizaje y de enseñanza, y los contextos sociopolíticos y personales que se generan en las cercanías del sujeto que aprende. Nunca se debe olvidar que un maestro lector de los saberes,  construye en colectivo cada uno de los haceres como forma estratégica para promover el saber convivir; un enseñante que recree desde su creatividad y libertad de pensamiento las realidades, pero que también se atreva a sembrar futuro.
Precisemos entonces, un maestro socioformador es un sujeto cuyo pensamiento complejo despierta en sus estudiantes estrategias para la construcción colectiva de conocimientos al tiempo que estimula oportunidades para crecer tanto académica como personalmente; un maestro facilitador de procesos con la capacidad de adquirir y dar, de ser y de servir; un académico que enseñe con el ejemplo pero que al mismo instante eduque creativamente desde los valores.
El otro debate pendiente en el país hace referencia a cómo educar estudiantes competentes, que a la vez, promuevan el desarrollo de valores socioformativos en relación a que la exigencia existente  en Colombia es que no sólo se eduque en conocimientos y contenidos, sino que se forme la persona de manera integral, ello nos hace pensar que  cada sujeto que aprende es como un diamante que para que pueda adquirir su forma final debe ser tallado con toda la ternura educativa posible, y a la vez, jamás pierda su propio brillo, un ser humano en cuyas actuaciones se establezcan de manera dinámica el  comprender e interpretar los porqués de las actuaciones de los seres humanos; hacia la búsqueda de la construcción del  ser y el deber ser, y, derivado de ello, entre el saber hacer y saber ser y valer; es por ello que, en el enfoque socioformativo basado en competencias se debe entender como la acción que adquiere una persona para transformar su contexto apropiándose en lo que sabe, lo que hace, lo que valora, lo que saber hacer y lo que lo fundamenta en el proceso de crecimiento sociopersonal.
El enfoque socioformativo basado en competencias es una oportunidad  para que se fundamente la búsqueda del  bien común, promover y vivir una cultura armónica  hacia una sociedad de paz,  con justicia, equidad y bienestar para cada miembro que participa en el proceso de formación, de allí que se requiera promover a nivel de la educación condiciones especiales para facilitar la formación en competencias a partir de lineamientos que articulen procesos sociales, económicos, políticos, religiosos, deportivos, artísticos, ambientales y culturales al tiempo que promueva la adquisición de saberes como un acto de profunda formación y desarrollo de un proceso integral en el sujeto.
Actuar desde el enfoque socioformativo implica establecer acciones no solo del pensamiento crítico sino desde el pensamiento complejo, es por ello que se requiere  que el estudiante piense lo que realmente desea adquirir como saber no solo para su futura profesión, sino para la vida misma, es por ello que el estudiante aprende en colectivo lo que necesita personalmente, y dimensiona personalmente lo que le aportara a la sociedad en la que cohabita.
Hablar de socioformación implica entonces conversar sobre desarrollo integral, visto este como la capacidad que tiene el docente de dar y recibir de sus estudiantes y la habilidad que tienen los aprehendientes de servir sin ninguna limitación, más que las que le imponga el sociosistema en el que cohabita.

                                                                    MARCELIANO SUÁREZ ORTEGA