En un pequeño estanque, ubicado en medio del bosque, vivía una
rana llamada Cari.
Cada noche lloraba desconsolada porque no tenía amigos con quien
hablar; todos la señalaban por ser fea y pegajosa. Ella insistía en acercarse a los animales del bosque; pero
éstos sin ningún apuro le respondían: “¡fuera, eres el animal más horrendo del
bosque!, tu piel es fría y tus patas tienen dedos largos y deformes.
Cari al escuchar todas las groserías dichas por los animales,
decidió alejarse a casa decepcionada y creída que nunca encontraría alguien que
no se fijara en su apariencia física. Al seguir su camino, observo en un
pequeño tronco un pajarito atrapado dentro de éste; ella sin duda alguna tomó
impulso para saltar hasta llegar al lugar donde estaba el pajarito preso; lo
ayudó a liberarse sin importar que en algún momento la fuera a discriminar por
su apariencia. Éste se mostró muy agradecido y pidió disculpas a la rana por
haberla discriminado y juzgado anteriormente por su condición; el pajarito
había comprendido que la apariencia física no importaba tanto; que lo valioso
era lo que se lleva por dentro, la forma de ser; es así como estos dos animales
hicieron una gran amistad.
MERCEDES LUCIA GUARIN -- MARIA MENDEZ
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