Había una vez un señor llamado José de muy bajo recurso que no tenia
donde vivir y nada que comer , porque su hijo
tiempo atrás lo había abandonado en un centro
De rehabilitación por cuestiones
de trabajo. El señor
pasó parte de su vida pidiendo
limosna por las calles de su
ciudad, hasta que un dia
se encontró con un joven de sociedad
muy distinguido y decidió
pedirle ayuda por que tenia días
que no comía nada.
El joven muy groseramente le dijo
que no lo ayudaría a una persona como él,
el señor muy necesitado le
insistió por varios días
pero el joven siempre se negaba
a ofrecerle su ayuda, luego de un
mes el joven distinguido recibió
una llamada en la cual decía
que su padre lo habían
encontrado, pero que había
fallecido, fue tanto el dolor de este
que salió inmediatamente a buscar el cuerpo de su padre.
Al ver su rostro,
el joven sufrió un desmayo por que había muerto el señor limosnero el cual le había pedido su ayuda
por mucho tiempo pero siempre se negaba a ofrecerla. Con su rostro pálido y frio reconoció que dicho señor era su padre.
Moraleja
Brindarle ayuda a
los de más sin importar su
condición es una obra de caridad, ya que
si extiendes tu mano hoy, te la
extenderán a ti mañana
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