Érase una vez, una mariposa que vivía en una grande y
hermosa flor. La mariposa se sentía triste porque no tenía amigos con quien
jugar; un día, la mariposa salió a buscar comida, iba tan distraída que cayó en
una red de araña; la mariposa empezó a llorar y a pedir ayuda,
gritaba: -¡Auxilio!
-¡Necesito ayuda!
De pronto pasó una abeja, la escucho gritar y
le pregunto:
-¿Qué te
pasa?
La mariposa le
respondió:
-¡Caí en esta gran red de araña y necesito que me ayuden
a salir de
ella!
La abeja de inmediato le ayudo a salir de la
red.
Desde entonces son amigas y siempre juegan juntas.
Moraleja:
siempre hay que ayudar a los que nos necesitan
COREIMA RODELO
KATHERIN BADEL
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