La niña todas las mañanas oraba a Dios por ser cada día mejor,
estando en una ciudad de visita la niña cambio
su personalidad; cosa que ella jamás imagino su mundo se tornó gris solo
en un instante su vida cambio ya no sabía que hacer no encontraba soluciones,
hasta que un día recordó que su mejor amigo a quien había dejado de saludar
todas las mañanas al levantarse pero lo que ella no sabía es que él la esperaba
a penada dijo “ Hola Dios” he vuelto por favor me perdonas por haberme olvidado
de darte las gracias por ser la única persona que ha estado a mi lado;¡hoy
quiero que siempre estés en mi andar!
La niña volvió a sonreír desde
ese día hace feliz a otras personas brindándoles su apoyo y amistad.”
“SABER AMAR ES AMARTE A TI MISMO”
Yeraldin Devia Vásquez
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