Había
una vez en un lejano país un agricultor muy pobre que toda su vida había
trabajado cultivando hortalizas. En esa región y en esa época aun no existían
las maquinas que son muy útiles en esta época. La siembra en ese momento era
muy dura ya que los campesinos tenían que trabajar mucho.
Por
eso el agricultor había trabajado toda su vida, pero no había conseguido muchos
recursos porque además tenía que pagarle un impuesto al rey por trabajar.
Viendo
que se aproximaba su muerte el agricultor reunió a sus dos hijos y les dejo lo
poco que tenía.
Jacobo
como eres mi hijo mayor te dejo mis tierras y mirando a su segundo hijo le dijo
lo siento hijo ya no me queda nada solo tengo esta pequeña gallina y te la
regalo.
El
muchacho le agradeció a su padre pero se quedó pensando como padre ganarme la
vida con solo una pequeña gallina. Isaac así se llamaba el hijo menor el joven
pasaba horas pensando cómo podría ganarse la vida, cuando de pronto alguien le
hablo y le dijo: oye muchacho ¿Qué te pasa? Tienes una gran fortuna al
voltearse no vio a nadie, por lo que pensó que fue solo su imaginación. Pero
entonces ante él se paró la gallina y le dice yo no soy una gallina cualquiera
yo al igual que mis hermanos ponemos huevos de oro, solo debes esperar un par
de semanas para convencerte.
Pasaron
tres semanas para que la gallina empezara aponer; así el joven vendía los
huevos y se hizo muy rico. Un día conoció a una joven muy linda la cual le
llamo la atención desde la primer vez busco la manera de ganarse su amistad y
con el tiempo le confeso su amor ella lo acepto y se casaron. Con el tiempo
tuvieron varios hijos y el monto un negocio en el cual vendía los huevos junto
a su familia y gracias a la fortuna que le dejo su padre había logrado tener
una familia por lo cual vivió feliz y sin complicaciones.
Andrés Barboza
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