Una liebre había encontrado
una cuerda muy larga
y no sabía qué hacer
con ella cuando vio a un elefante.
-señor elefante
–le dijo -, ¿quieres
jugar conmigo?
Fíjate: ¿vez esta cuerda?
Yo la cogeré por un extremo,
mientras que tú la coges por el otro.
Caminaremos en sentido contrario hasta que
la cuerda este tensa; entonces, cada uno tirara con todas sus fuerzas
para arrastrar al otro. Apuesto a que
te venceré.
-¿vencerme tú? ¿Pretendes burlarte? ¿Acaso no sabes que soy capaz de arrancar
de cuajo un árbol con un solo golpe de mi trompa?
-No lo pongo en duda, señor
elefante; no lo pongo en duda. De todas formas, estoy segura de vencerte.
Moraleja “cuando la meta es
importante los obstáculos se vuelven pequeños”
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