Una
niña tenía en su poder una
iguana de lo más extraña que en
vez de poner huevos
amarillos como todas las iguanitas
del mundo, ponía unos
grandes, y muy pesados.
Era
imposible cocinarlos o colocarlos al sol.
La buena niña
le comento el caso a su
hermanito y le mostro
los huevos que le había
sacado a la
iguana se me olvido decirte
que tenía su
piel áspera; el
niño no cabía
de su asombro,
quedo boquiabierto, perdió
el habla y casi
se desmaya.
Cuando
volvió en si
recobro su conocimiento
le explico a su hermano
que los huevos
eran demasiado pesados - ¡
qué extraño y
que podían sacar
buen provecho de
la situación, pasaron
una larga noche
hablando que iban
hacer hasta que
por fin, decidieron
que la forma de hacerse
ricos más rápido era
rajando la iguana
y sacarle todos
los huevos y
venderlos para apropiarse
de todos los huevos que
podían sacarle a
la iguana.
Dicho
y hecho, eso
fue lo que hicieron,
pero, ¡ oh
sorpresa!. Dentro de
la iguana no había
un tesoro inagotable
de riquezas sino lo
que tiene toda
iguana ya sea
de aquí o
de otra parte.
Ya
sea tripas, mollejas, corazón.
Decepcionados
no sabían si
llorar, gritar o
jalarse de los
pelos o tener
un huevillo pesado
de la áspera iguana.
Se
quedaron al final sin
nada.
MORALEJA: Nadien
sabe lo que tiene hasta que lo ve
perdido
LINA MARIA ARRIETA
MERCADO ,KARINA
GARCIA CONTRERAS
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